En el 2011 hice mi primer Verkami. Desde entonces llevo realizados 10 proyectos.
Verkami se ha hecho tan famoso que la gente ya dice: “He logrado un verkami”, para decir que ha logrado completar un proyecto de financiación colectiva o comunitaria, que es lo que significa, crowdfunding.
La plataforma más conocido de esta forma de financiar Arte, en sentido amplio, es kickstarter. Como no, de Estados Unidos.
Verkami pertenece a una familia catalana. Padres e hijos. Una cosa muy local que, no obstante, ha sobrepasado los límites de lo familiar.
El primer proyecto financiado con éxito fue La sonrisa del nómada, uno de mis documentales. Se grabó en Camboya, Mongolia, Japón e India. Fue una historia bonita.
Un seguidor, Jordi, vino a verme a Delhi con una nueva bici para mi, porque la que tenía estaba rota. Me enteré de que era cámara y le ofrecí venir a Mongolia a grabarme. No le pagué mucho, vino con su bici y su compañera, que también pedaleaba.
Las imágenes, en bruto, se las pasé a Filmina, la productora que había venido a El Cairo a grabarme el documental A la velocidad de las mariposas.
Era el 2008. Entonces muchas empresas se fueron al garate. Y Filmina no podía ahora venir a grabarme. Hice un verkami para conseguir pagar los gastos de La sonrisa del Nómada. Y funcionó.
Luego he ido usando ese medio para financiar más proyectos, como libros, documentales, la fiesta de llegada a España, una expedición de dos payasos a India…
En total, en todos esos años, he conseguido recaudar 61.142 euros.
De ahí hay que pagar comisiones a la plataforma de Verkami, a los bancos por el uso de sus plataformas de pago, hay que pagar la imprenta, el diseñador, los sobres de envíos, a Correos por los envíos y, como no, impuestos
Mañana Sábado te cuento los detalles del lanzamiento, y las ofertas.
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